Definición:
Se denominan Primeros Auxilios a aquellas actuaciones o medidas que se adoptan inicialmente con un accidentado o enfermo repentino, en el mismo lugar de los hechos, hasta que llega
asistencia especializada.
Objetivos:
• Evitar la muerte.
• Impedir el agravamiento de las lesiones.
• Evitar más lesiones de las ya producidas.
• Aliviar el dolor.
• Evitar infecciones o lesiones secundarias.
• Ayudar o facilitar la recuperación del lesionado.
EL SOCORRISTA: principios básicos
-
La persona que presta los primeros auxilios debe: Tener unos conocimientos básicos. De no ser así, es mejor abstenerse de actuar. Intervenciones inadecuadas pueden
incluso agravar la situación.
-
"Más vale prevenir que curar"
-
Hacerse una buena composición de lugar antes de actuar, es imprescindible para garantizar la seguridad.
-
Protegerse contra riesgos biológicos (usar guantes, protectores en el boca a boca, etc. ).
-
Examinar bien al herido.
-
Actuar con tranquilidad y rapidez. Hay que intervenir con premura, pero manteniendo la calma en todo momento y transmitiendo serenidad a los demás
y a la víctima. De esta forma se contribuye a evitar el pánico y a minimizar el riesgo de que el accidente acabe afectando a otras personas.
-
Tranquilizar al herido, dándole ánimo y mitigando su preocupación.
-
Evitar mover al accidentado (salvo causa de fuerza mayor como incendio, inmersión, etc.) y en todo caso con gran precaución. Es necesario examinar
bien al herido, sin tocarle innecesariamente. Esto ayudará a establecer prioridades si hay varios.
-
Si no se sabe, mejor no hacer nada.
-
Limitarse a las actuaciones indispensables: Adoptar las medidas necesarias para asegurar la vida y evitar lesiones mayores. Asegurar la asistencia
especializada y el traslado adecuado.
- Mantener al herido caliente (abrigarlo) y aflojar las ropas que opriman.
-
Evitar dar de comer o beber al accidentado.
- No medicar, no coser, no reducir fracturas ni luxaciones.
- Apartar a los curiosos.